Continuamos con nuestro tema de Jesús refiriéndose a Sí mismo como el Gran YO SOY, que se reveló a Moisés en la zarza ardiente. Cuando Moisés le preguntó a Dios acerca de Su nombre, el SEÑOR le dijo a Moisés que les dijera a los hijos de Israel que YO SOY el que lo estaba enviando a ellos. Dios estaba diciendo que Él es todo lo que necesitamos que Él sea.
Durante la Fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, había dos grandes ceremonias. La primera era la Ceremonia de la Libación del Agua, donde el sacerdote vertía agua de un cáliz en el Altar de la Ofrenda Quemada. En ese momento, justo antes de que se vertiera el agua, Jesús se levantó por encima de todos los presentes y gritó para que todos lo oyeran: «Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán torrentes de agua viva» (Juan 7:37-38). El apóstol Juan aclara que el Señor hablaba de la efusión del Espíritu Santo.
La segunda ceremonia se llamó la Iluminación del Templo. En el Patio de las Mujeres había cuatro grandes candelabros. La Mishná (Sucá 5:2-3) nos dice que cada candelabro tenía cuatro grandes cuencos de oro, con una escalera en cada uno, lo que permitía a los sacerdotes más jóvenes subir, llenar los cuencos con aceite y encenderlos cuando caía la oscuridad. Como el Monte del Templo era el punto más alto de la ciudad, el resplandor de los candelabros iluminaba la mayor parte de Jerusalén. Durante la Fiesta de los Tabernáculos, Dios ordenó al pueblo judío que celebrara durante siete días (Números 29:12); por lo tanto, toda la noche había danzas y regocijo ante el Señor. Es posible que al anochecer, mientras los jóvenes sacerdotes encendían las lámparas, Jesús dijera las palabras,
«Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Juan 8:12).
En la Escritura anterior, Jesús afirma de nuevo que Él es Dios en la carne. La parte «Yo Soy» de Su declaración fue la forma griega de la revelación hebrea de cuando Dios le dijo a Moisés,
Dios le dijo a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY. Esto es lo que has de decir a los israelitas: 'YO SOY me ha enviado a vosotros'» (Éxodo 3:14).
Jesús no dijo: «Yo soy una luz», ni siquiera «una de las luces». « La afirmación es exclusiva: «Yo soy la luz del mundo». Los fariseos y los gobernantes escucharon Sus palabras, que de nuevo dicen mucho sobre el carácter de Jesús-Él no dijo estas cosas sólo a Sus discípulos. Habló a todos acerca de Su identidad, estuvieran a favor o en contra de Él. Cristo no susurró estas verdades sólo a unos pocos, sino que valientemente proclamó la verdad y dejó que las fichas cayeran donde pudieran. No tuvo ningún miedo de decir la verdad. Los fariseos le desafiaron de inmediato porque comprendieron que se trataba de una pretensión de divinidad. Dios les había hablado varias veces, afirmando que Él era su luz: «El Señor es mi luz» (Salmo 27:1). «El Señor será tu luz eterna» (Isaías 60:19). «A su luz atravesé las tinieblas» (Job 29:3).
Jesús es la Luz del mundo, el Dios que quiere venir a nuestro lado y guiarnos a través de la oscuridad que puedas encontrar. Sean cuales sean las pruebas por las que estés pasando, Cristo es la Luz que sacó a los hijos de Israel de la oscuridad de sus vidas en Egipto, y si se lo pides, Él será hoy tu luz en medio de la noche. Keith Thomas
¿Alguna vez has entregado tu vida a Cristo? ¿Qué significa ser cristiano? Los siguientes enlaces a estudios le ayudarán: https://www.groupbiblestudy.com/spanish
Enseñanzas en vídeo de YouTube en: https://www.youtube.com/@keiththomas7/videos
Comentarios